En la mitología mexica, Xiuhtecuhtli es el dios del fuego, también conocido como el "Señor Turquesa" o "Señor del Año". Es una deidad dual, asociada tanto con el fuego destructivo como con el calor beneficioso que permite la vida. Xiuhtecuhtli es considerado un dios creador, fundamental en la continuidad del mundo y asociado con el principio dual Ometéotl, la dualidad divina de los mexicas.
Características y Simbolismo:
Fuego:
Xiuhtecuhtli personifica el fuego, un elemento vital para los mexicas, relacionado con la transformación, la purificación y la regeneración.
Turquesa:
El nombre "Señor Turquesa" lo vincula con la belleza, el valor y la conexión con la naturaleza, ya que la turquesa era un material precioso.
Anciano:
En algunas representaciones, se le muestra como un anciano, a veces con el rostro rojo o amarillo, lo que refleja su conexión con la sabiduría y la experiencia.
Alacrán:
El símbolo del alacrán se asocia con el dolor ardiente del fuego, pero también con la fuerza y la protección.
Huehuetéotl:
Xiuhtecuhtli a veces se identifica con Huehuetéotl, la deidad del fuego más antigua de Mesoamérica, conocido como el "dios viejo".
Funciones y Ritos:
Continuidad del Mundo:
Xiuhtecuhtli es crucial para el mantenimiento del mundo, mediando entre el cielo y la tierra, y asegurando el equilibrio cósmico.
Renovación:
Se le rinde culto para asegurar la renovación del sol y el ciclo anual, especialmente durante la fiesta de Izcalli, donde se encendía el Fuego Nuevo.
Sacrificios:
Se realizaban sacrificios humanos en honor a Xiuhtecuhtli, especialmente en la ceremonia del Fuego Nuevo, donde se sacrificaba a un cautivo ataviado con los atributos del dios.
Festividades:
Se le dedicaban dos meses del calendario mexica: Xócotl Huetzi e Izcalli, con festividades que incluían rituales de purificación, ofrendas y la quema de copal.
En resumen, Xiuhtecuhtli es una deidad compleja y multifacética, fundamental en la cosmovisión mexica, que representa el fuego como fuerza creadora, transformadora y renovadora del mundo