Cuando en 2010 publicaron el frenético King of the Beach, que no era su primer disco pero sí fue la obra que les puso en el mapa musical, Wavves eran puro zeitgeist. Black Lips habían dejado marcado el camino a la manera de un hermano mayor para toda una generación de bandas de punk gamberro, Pitchfork buscaba cualquier excusa para hablar de No Age o Harlem, Vice tenía su propio sello para publicar rock juvenil con el equilibrio justo entre diversión y peligro, Jay Reatard había ascendido a la categoría de mito tras su muerte. La onda expansiva de todo eso llegó incluso hasta aquí con Mujeres y The Parrots difundiendo la palabra de la juerga garagera en Barcelona y Madrid respectivamente. En ese contexto, Wavves se explicaban por sí mismos: el proyecto de Nathan Williams era sin duda hijo de su tiempo.
Tres lustros después, no solo ha cambiado el escenario alrededor de Wavves sino el propio espíritu del grupo. Ley de vida: de aquella posadolescencia punk a una madurez power-pop que toma forma en Spun, su nuevo álbum, el primero que publican desde 2021. Wavves lo presentarán el 26 de febrero en Barcelona (Upload) y el 27 de febrero en Madrid (Wurlitzer Ballroom) como parte de una gira por la Península Ibérica que también les llevará a Porto (28 de febrero, Outsite M.Ou.Co) y Lisboa (1 de marzo, Casa Capitao).
